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Lijiang: La antigua ciudad de las caravanas


Lijiang, antigua ciudad de Dayan, capital de la Prefectura Naxi de Lijiang, conserva intacto y en su totalidad el casco antiguo, formado por pequeñas callejuelas empedradas y las centenarias casas tradicionales Naxi, con sus muros de barro cocido y piedra y sus ajardinados patios interiores.

Pequeños canales recorren la ciudad entera con el agua pura y helada que viene de la Montaña del Dragón de Jade (5.550m) y que sirve, con su cima permanentemente cubierta de nieve, de símbolo identificador del carácter peculiar de los Naxi. Su fuerte sentido de la identidad nacional les ha permitido asimilar a lo largo de los siglos gran parte de la cultura china sin perder su carácter inconfundiblemente único, que les ha hecho una de las etnias minoritarias de China más peculiares y mejor conocidas. En Mayo de 1996 un terremoto de gran magnitud sacudió Lijiang provocando más de trescientos muertos. Sin embargo la arquitectura tradicional Naxi resistió sorprendentemente bien, para asombro de los organismos de ayuda internacional enviados para evaluar los daños. El terremoto había situado a Lijiang en el mapa, poniendo al mismo tiempo en evidencia la fragilidad y el increíble valor de su patrimonio cultural. Así que el Banco Mundial donó el dinero necesario para la reconstrucción de la ciudad antigua. Las casas derrumbadas por el terremoto en la ciudad antigua han sido reconstruidas respetando escrupulosamente el patrón original y todas  las construcciones no tradicionales dentro del casco antiguo han sido demolidas y posteriormente sustituidas por la arquitectura típica Naxi.

Una vez concluida la reconstrucción, la UNESCO ha declarado a la ciudad Patrimonio de la Humanidad, protegiéndola definitivamente de las mismas corrientes especuladoras que en casos como Kunming han acabado con su legado histórico.

 

El centro es la Plaza del Cuadrado, desde ella salen las calles que permiten salir de la ciudad antigua; callejuelas que ascienden hasta alcanzar la cima (pagando su entrada correspondiente) de la colina que domina la ciudad, y otras que se pierden en los laberintos de calles donde viven los Naxi. En esta plaza se colocaba el mercado hasta hace bien poco, ahora raramente se encuentran puestecillos con los tradicionales objetos de bronce de los Naxi, pero el lugar no ha perdido ese ambiente mágico que reúne a viajeros y población local.

Las calles que surgen desde allí están llenas de tesoros. La luz sobre los tejados y banderolas; los palacios de los nobles ahora restaurados y acondicionados como hotelitos o casas de té; y al final, imponente, el Palacio de los Reyes Mu, que recientemente reconstruido no acaba de encajar muy bien en el auténtico ambiente de la ciudad. Todo esto es parte de  la Ciudad Antigua (古城) La ciudad Antigua de Lijiang, con sus calles empedradas, el murmullo del discurrir del agua por sus pequeños canales y el imponente trasfondo de la montaña del Dragón de Jade, es sencillamente, material de leyenda. Perderse en sus calles en busca de tesoros, albergue o compañía es el mejor de los pasatiempos.

Palacio de los Reyes Mu: Entrada 50 Y.

Desde principios del siglo X, los Naxi destacan entre las tribus que habitan la región. Una serie de jefes guerreros consiguen un cierto grado de autonomía para gobernar a su pueblo bajo el beneplácito de los reyes de Dali. Las genealogías compiladas durante la dinastía Ming, dicen que eran los ancestros de la familia Mu. Según la política puesta en práctica por los mongoles de la dinastía Yuan, las minorías se gobernaban por sus jefes naturales, llamados tusi, que bastaba con que reconocieran la soberanía imperial y ayudaran a los emperadores en sus asuntos fronterizos, para poder ejercer su poder casi sin restricciones. Desde inicios de la dinastía Ming, los tusi o reyes de Lijiang, de la familia Mu, fueron los señores más poderosos de esta región fronteriza. Frecuentemente llevaban a cabo expediciones para defender la frontera de los ataques de los tibetanos, convirtiéndose en los mejores aliados locales de los chinos. Su decadencia se inició en 1723 cuando un administrador chino se ocupó de la gobernación de Lijiang; no obstante seguirán viviendo en medio del lujo y la opulencia en este palacio ahora reconstruido hasta el final de la revolución comunista.

Estanque del Dragón Negro (黑龙潭)

En el extremo norte de la ciudad, donde, en los días despejados, se puede ver la composición más típica de Lijiang, con el estanque en primer plano y la montaña del Dragón de Jade al fondo. Desde el parque se accede a la Colina del Elefante, a la que se puede subir por dos escalinatas. El estanque recibe el agua directamente desde la montaña del Dragón de Jade y desde ese punto se distribuye por Lijiang a través de su red de canales. Dentro del parque está el Instituto de Cultura Dongba con una exposición permanente de esa cultura preservada por los chamanes Dongba y su escritura jeroglífica. El Pabellón del Fénix, sobre la colina que domina toda la ciudad antigua, no tiene mayor interés que la vista que se disfruta desde él, realmente interesante.

 
 

Si estás interesado en saber más sobre la minoría Naxi, puedes visitar la sección de esta web. Tambíen puedes comprar mi libro, en inglés, sobre la cultura de esta minoría:

"Sons of Heaven, brothers of Nature: The Naxi of Southwest China."

O la Guía cultural de Yunnan que dejará claras todas las dudas sobre el viaje.


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