Matrimonio de los Miao

Los jóvenes disfrutan de bastante libertad para cortejarse y amarse. En cada zona hay una serie de actividades para promover los encuentros entre los jóvenes, de día o de noche. Las reuniones musicales y bailes son excelentes pretextos para trabar amistad con la gente de las aldeas cercanas, especialmente durante las fiestas y festivales, cuando se reúne mucha gente con ganas de divertirse.
En Chuxiong había casas para los jóvenes donde éstos se reunían al atardecer.

A pesar de esa libertad para amarse, el matrimonio lo acaban arreglando los padres. La casamentera juega un papel importante en determinar los intercambios de regalos entre las familias, y los adivinos en decidir la fecha idónea para la boda. Los Miao son monógamos. El más pequeño de sus hijos se queda en casa de los padres.

Los Miao no se casan con los que visten de manera diferente, ya que entre ellos el vestido es un signo importante de identificación étnica, y los que visten de forma diferente, aún denominados también Miao por las autoridades, tienen un lenguaje y cultura distintas. Tampoco se casan con los de clases diferentes.

La boda no va el novio a recogerla, sino que la novia llega con su compañía. Se celebra la ceremonia y un banquete y vuelve a casa. Luego poco a poco va permaneciendo más tiempo en casa del novio, y cuando llega la edad, se embaraza o lo desea, ya se queda.

También existe el matrimonio por rapto, que es en realidad la huida de los amantes para reaparecer poco después presentando a sus familias y a la sociedad, ante el hecho consumado.

Las viudas tenían libertad. Apenas existía concubinato. Había algunos divorcios, sobre todo cuando los padres decidían la boda.

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