En las montañas sagradas


En las Montañas Sagradas (Xin Ran. Emece, 2005) es una novela ambientada a final de los años cincuenta del siglo XX. Una trágica historia de amor que se desarrolla con el escenario de los combates entre chinos y tibetanos en la región oriental del Tibet, la llamada por algunos autores Guerra de los Khampas, por ser estos Khampas, o tibetanos orientales, los protagonistas de estos combates.

La historia se desenvuelve a través de la entrevista que la escritora, locutora de radio de un programa famoso, y una anciana a primera vista marginada en la sociedad actual. Esa historia es reconstruida años después a base de las notas tomadas durante la entrevista y enriquecida posiblemente con algunos viajes al Tibet, antes de presentarla al lector. Este primer proceso ya se aleja de la inocencia que se podría prever introduciendo en la narración algunos anacronismos y frases hechas, que de ninguna forma resultan creíbles en boca de una persona que se presenta como regresando de décadas de estancia en Tibet.

Esa primera insuficiencia en la adecuación de los lenguajes a los distintos personajes que aparecen en la novela, que pertenecen a distintas extracciones sociales, mundos culturales  e incluso periodos políticos caracterizados por lenguajes bien definidos se mantiene a lo largo de la obra, con el resultado que impide al lector identificarse con los personajes y obligarle a leer la obra como el mero relato de una mujer que ha experimentado portentosas aventuras. Pues la novela es la historia de una mujer que, ante las vagas noticias de que su recién desposado marido ha muerto en un enfrentamiento durante La Guerra de los Khampas, abandona su Suzhou natal para enrolarse en una unidad militar con destino a esa misma zona. Durante su escasa vida militar las privaciones y enfrentamientos son continuos. Antes de que su unidad sea diezmada, escapa a la desgracia con la ayuda de una mujer tibetana a la que ella ha ayudado previamente, pasando decenas de años viviendo con una familia de nómadas tibetanos, completamente alejada de ninguna comunicación con el exterior.

Esta oportunidad para describir la vida y cultura de los nómadas tibetanos es utilizada con poca elegancia, y los fragmentos se información digamos antropológica son incorporados a la narrativa general con poca fortuna, manteniendo su papel informativo pero un escaso sentido literario. La larga estancia de la protagonista con la familia tibetana se despacha igualmente de forma poco elaborada, pues tras unas cuantas pinceladas que nos ayudan a caracterizar a los integrantes de la misma y una correcta descripción de algunos de los sucesos que rompen la monotonía de sus vidas, los meses se convierten en años y estos en decenas de años, sin que el lector apenas lo perciba, de tal forma que cuando la narradora asegura que han pasado treinta años el lector piensa que se ha perdido algo.

Ese alejamiento de los personajes protagonistas que muestra la autora se refleja en el lector, que no acaba de verse cómplice en los momentos de mayor dramatismo, sino que los ve desde la mirada distante de alguien ajeno a todo ello. Es una lástima que un argumento original e interesante se vaya desperdiciando a sí mismo a lo largo de las páginas, pero no obstante hay que resaltar el valor de la historia y el interés por la descripción de situaciones y ambientes (la Guerra de los Khampas y las heladas praderas del norte del Tibet) raramente descritos en la literatura. Es por ello que las carencias en el plano narrativo se ven a veces compensadas, con lo que seguramente conseguirá mantener el interés de lectores que, al elegir una novela de autora china, ya esperan una ración de exotismo en sus páginas.

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